En 1926, en tiempos en que la tarea doméstica del planchado de la ropa se llevaba a cabo con planchas de hierro, cuyas gruesas suelas se calentaban sobre las ascuas de los anafes o los infiernillos, José Soto tuvo la acertada idea de montar un taller de planchas eléctricas que bautizó con el nombre de CASA SOTO.

En las décadas de los años 50 y 60 cuando ya regentaba el negocio su sobrino José María Pérez empezaron a aparecer los primeros electrodomésticos: lavadoras, frigoríficos, molinillos eléctricos de café… El boom que trajo consigo la llegada de todos estos aparatos supuso un notable incremento en las ventas, que mas tarde José María Pérez amplio especializándose en todo tipo de instalaciones eléctricas.

Debido a que en la comarca jerezana, pueblos y zonas rurales no existía luz eléctrica, CASA SOTO tomó un gran impulso electrificando en alta tensión cientos de kilómetros de líneas aéreas. Como también líneas telefónicas, concretamente la de Jerez-Arcos, que montó sobre postes de madera. Jerez de la Frontera fue la primera ciudad de España que instaló alumbrado publico, esto propició la idea de que CASA SOTO se estableciera, y que a partir de su fundación se especializara en instalaciones de alumbrado publico por toda la provincia de Cádiz.

La actividad empresarial de las electrificaciones, tirada y montajes de línea de baja y media tensión prosiguieron llevándose a cabo por su hijo Javier Pérez, gestión que se va a continuar con la cuarta generación de su nieto Javier, siguiéndose la misma política de rigor y formalidad por la que se ha regido esta empresa desde su fundación en 1926.